Cerca de la presa del Alsa, se pueden observar las ruinas bien conservadas de las casas de los antiguos peones camineros. El peón caminero fue en España el encargado de cuidar a pie de camino del estado de la carretera en cada legua, unidad de distancia equivalente a unos cinco kilómetros y medio.
Para la conservación continua e inmediata de los caminos, se hallaban establecidos en ellos y de legua en legua unos peones, con el título de camineros, se encargaban de la conservación y el cuidado del mismo. Gozaban de un salario diario además de la casa habitación que tenían al efecto y que, normalmente, estaba situada en la mitad de la legua que tenían asignada.